Si estás considerando vender tu propiedad personal o de renta en los Estados Unidos, es crucial que estés informado sobre las obligaciones fiscales que esto implica. Ya seas residente o no residente, debes estar al tanto de que las ganancias obtenidas de la venta de una propiedad, están sujetas a impuestos que pueden tener un impacto significativo en tus finanzas.

Venta de Propiedad Personal

Generalmente, la venta de bienes personales, como vehículos o electrodomésticos, no está sujeta a impuestos sobre las ganancias de capital, a menos que obtengas una ganancia significativa sobre el costo original. Por ejemplo, si vendes tu coche, que compraste por $20,000, por $25,000, no tendrás que pagar impuestos sobre esa ganancia de $5,000.

Venta de Propiedad de Renta

La situación es diferente para las propiedades de inversión. Las ganancias obtenidas de la venta de activos como bienes inmuebles, acciones o bonos deben reportarse en tu declaración de impuestos. La tasa impositiva aplicable dependerá de si la ganancia es a corto o largo plazo.

Las ganancias a corto plazo (para activos mantenidos por menos de un año) se gravan a tasas ordinarias de ingreso, mientras que las ganancias a largo plazo tienen tasas reducidas.

Veamos un ejemplo detallado: Supongamos que adquiriste un apartamento como inversión por $300,000 y después de realizar mejoras por $50,000, lo vendes por $400,000. Tu ganancia de capital sería la diferencia entre el precio de venta y tu base ajustada (precio de compra más mejoras).

Si esta venta se realiza después de más de un año de propiedad, se aplicaría la tasa de ganancia de capital a largo plazo. Si tu ingreso total te coloca en la categoría de ingreso medio, podrías esperar pagar una tasa del 15% sobre esa ganancia.

Es vital que mantengas registros detallados de todas tus transacciones y mejoras en la propiedad para calcular correctamente tu base ajustada y, por ende, tus ganancias de capital. Además, te recomiendo consultar con un asesor fiscal para una planificación y cumplimiento adecuados de tus obligaciones fiscales.

Recuerda, una planificación fiscal inteligente puede resultar en ahorros significativos y ayudarte a maximizar tus inversiones. No dejes que las sorpresas fiscales afecten tus decisiones de inversión y tu flujo de caja.