¿Sabías que una estrategia contable creativa puede cambiar radicalmente el valor percibido de una empresa? Imagina este escenario: comienzas una empresa, vendes el 20% de las acciones a inversionistas y conservas el 80%. Tu negocio fabrica widgets, generando $1 millón en ingresos anuales.

Sin embargo, los costos de producción ($500,000 en materias primas) y otros gastos como salarios y renta ($600,000) suman $1.1 millones. El resultado: tu empresa tiene pérdidas y las acciones pierden atractivo para los inversionistas.

El truco contable: una estrategia radical

Decides comprar las materias primas con tu propio dinero y las entregas gratis a tu empresa. Ahora, la contabilidad muestra:

• Ingresos: $1 millón
• Gastos: $600,000
• Ganancia neta: $400,000, con un margen del 40%.

Durante la presentación de resultados, mencionas algo como: “Hemos negociado precios excepcionales con nuestros proveedores”. Las acciones de tu empresa suben considerablemente y la compañía alcanza un valor de mercado de $12 millones.

Conservando tu 80% de acciones, decides venderlas por $9.6 millones. Aunque invertiste $500,000 en materias primas, el retorno supera con creces tu gasto inicial.

¿Es legítimo o cuestionable?

El siguiente año, al dejar de aportar dinero propio, los gastos reales reaparecen, y la empresa vuelve a generar pérdidas. Las acciones caen, pero tú ya has salido con tus millones.

Este tipo de estrategia plantea cuestiones éticas y legales. Aunque es posible que todo esté dentro del marco contable, manipular los resultados puede atraer la atención de reguladores y auditores, como el SEC en EE.UU.

Conclusión: Este truco puede parecer atractivo, pero tiene riesgos significativos para la reputación y posibles implicaciones legales. ¿Tú lo considerarías una jugada inteligente o un fraude encubierto?